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HISTORIA DOCUMENTADA

5. Conclusiones provisionales. La hipótesis Hugo de Bagá

A la vista de los documentos existentes y consultados, a falta de otros estudios y argumentos y de la aparición de nuevos documentos que vengan en el futuro a aclarar las dudas y lagunas, creemos que el caballero catalán Hugo de Bagá ES efectivamente el fundador de la Caballería del Temple. La evolución de su nombre, en una época en la que la lengua escrita no estaba fijada aún por no existir una normalización lingüística, habría sido la siguiente:

De Bagá = Baganis > Paganis > Payenis > De Payens (o Payns) = De Paynes

· Primeramente, el gentilicio “De Bagá”, siguiendo la tradición culta de la época, fue latinizado como Baganis (lo que tratándose de un genitivo latino le confiere idéntico significado, es decir : de Bagá).

· Ambas bilabiales, B y P, tienden generalmente a confundirse (en aquélla época más aún, tal vez por influencias arábigas). Así pues debido a influencias que habrá que analizar en su momento, los hablantes prefieren (o entienden o asimilan) la forma “Hugo Paganis”. Por otra parte, al otro lado de los pirineos prefirieron asimilar la oclusiva oral, linguo-velar sonora "g" por la fricativa linguo-palatal sonora "y", lo cual es bastante común en muchos intercambios lingüísticos. De modo que transcribieron el Paganis escrito por su forma pronunciada Payenis (como en gitan, gentile, etc...) y así de este modo aparecería en la escena histórica Hugues de Paynes como ente propio. Tambien hemos de tener muy presente la enorme y más que coincidente similitud existente entre las formas Payns y Pinós, pudiendo haber derivado aquélla de ésta.

· Ahora bien, no hay que olvidar las relaciones de las Coronas hispánicas y en especial la de Aragón y el Principado de Cataluña (al igual que Navarra) con el sur de la Francia actual (Provenza, Languedoc, etc.). En el año 1083 el Conde Ramón Berenguer III adquirió por vía matrimonial la totalidad de la Provenza, que permaneció primero bajo dominio de los condes catalanes, y después de 1162 bajo la soberanía de los reyes de Aragón. Ese mediodía “francés” no se convirtió en posesión territorial de los Capeto hasta después de la Cruzada contra los albigenses, a mediados del siglo XIII en que los francos se anexionaron militar y definitivamente los territorios transpirenaicos catalano-aragoneses, con excepción del Rosellón, la Cerdaña y el Conflent. Las relaciones políticas y de todo tipo, los lazos y vínculos se extendían hasta la Borgoña pues realmente podemos decir que no había una frontera consistente.

· De modo y manera que como en la Champaña hay un Paynes, próximo además a Troyes, y, si como parece, existió un notable caballero borgoñón llamado Hugues de Paynes, las similitudes, el paso del tiempo y la debilidad en la fijación de la memoria escrita, forzaron tal vez a la asimilación entre ambos. Tal vez Hugo de Bagá, el caballero catalán, tuvo por diversas razones que desconocemos, relaciones con aquél lugar y sean los mismo Hugo Baganis que Hugo Payenis. Esto no es nada raro. Un simple ejemplo ilustrativo que he podido documentar: para referirse a un mismo, único y singular personaje, se pueden encontrar formas tan diversas como Navarro, Nauarro, Narro, Naarro y Naharro.

· En cualquier caso hay una tendencia generalizada entre los historiadores de la Caballería del Templo a “afrancesar” los nombres y dar como una especie de hecho probado y lugar común que se trató de una orden “francesa” de caballeros “franceses”. Vemos aparecer sutilmente las formas “francesas” en nombres flamencos, borgoñones, italianos, provenzales, etc. Por ejemplo en estos nombres de Grandes Maestres de la Orden:

Forma tradicional

“afrancesada”

Forma original probable

Eudes de Saint Amand

Othon (Odon) de Saint Amand

Gerard de Ridefort

Gerard Ridefort (inglés)

Robert de Sablé

Robert Sable (inglés)

Armand de Perigord

Armand de Peiragros

Arnaud de Torrotge

Arnau de Torroja o Torroba (catalán)

Pierre de Montaigu

Pere Montagut (valenciano)

Gilbert Horail o Erail

Gilbert Erills o Erilles (catalán)

Thibaut Gaudin

Teobaldo Gaudini (italiano)

4. Los Pinós y la Caballería del Templo

Hemos escrito en otro apartado, a propósito del maestre Hugo Rigaud, del ingreso del conde de Barcelona como hermano de la Caballería del Templo. Ampliaremos la noticia viéndola en relación con los documentos de la Casa de Pinós.

La profesión templaria del conde Ramón Berenguer ofrece fechas discordantes en cuanto al año. Algunos documentos la datan en 14 de julio de 1130, mientras que otros documentos la hacen constar un año después, el 14 de julio de 1131. La discrepancia en el año puede proceder del cómputo del año nuevo, que variaba en los diversos reinos: en la Pascua para los francos y en las kalendas de enero (1º de enero) para otros, de modo que mientras para unos el 1131 comenzaba en esta última fecha, para los francos seguía aún siendo el 1130 hasta la pascua siguiente. Sin embargo Martínez Díaz hace una reconstrucción siguiendo al investigador Alan John Forey y ambos concuerdan en señalar está segunda (1131), por ser más “congruente con la secuencia de los hechos finales de la vida del conde de Barcelona.” De modo y manera que afirman que el conde habría otorgado testamento el 8 de julio de 1131, profesado en la Orden el 14 y fallecido el 19 de julio de 1131 en el hospital de pobres de Barcelona.

Es posible que el manuscrito 3085 de la Biblioteca Nacional de Madrid nos aclare algo esta cuestión[1]. Su autor, al hacer el recuento y ordenación de los documentos de la Casa de Pinós, nos aporta un dato, digno de tenerse en cuenta, que pone en relación a un importante miembro de esta Casa, Galcerán (Iº) Galcerán de Pinós, con el conde Ramón Berenguer y nos hace saber de su posición en la curia y sus importantes lazos de parentesco con las casas nobiliarias catalanas:

El sobredicho Galcerán (Iº) Galcerán de Pinós, señor de las baronías de Pinós, hijo de Pedro Galcerán de Pinós [4] y de Berenguela de Moncada, casó con Estefanía. El conde Ramón Berenguer, IIIº de este nombre, en el año de 1130 hizo testamento y entre otros ejecutores nombró al dicho Galcerán Galcerán de Pinós.

Nota 4 (del manuscrito). De quien fue hermano Hugo de Pinós y no tío, porque la jornada de la Tierra Santa fue por los años 1092 hasta 1095. El cual por el parentesco que tenía con el conde Guillermo de Cerdaña, pues que descendían de Bernardo, conde de Besalú y Cerdaña, padre de Alda que casó con Ramón Galcerán de Pinós, bisabuelo de Pedro (IIIº) Galcerán y abuelo de Guillén, segundo conde de Cerdaña de ese nombre, por donde eran tío y sobrino en tercero y cuarto grado.

Hay documentación más que exhaustiva que vincula sensiblemente a la casa de los Pinós con la Caballería del Templo. En al menos ocho documentos de los que tengamos constancia directa o indirectamente, los Pinós aparecen como testigos y confirmantes en cartas de donaciones reales al Temple o como donantes de propiedades ellos mismos, desde 1154 el más antiguo de entre los que hemos tenido conocimiento, hasta 1292. Esto también evidencia la importancia política y social de la baronía de Pinós, puesto que eran los miembros de la curia real quienes solían actuar como testes y confirmantes en los documentos reales. Algunos de estos documentos de los que hemos tenido noticia o hemos podido consultar son:

@ Documento 1. Archivo del Gran Priorato, pergamino 2026. La familia Pinós dona a los templarios en 1154 una casa junto a la iglesia de San Vicente de Lérida, para que residan en ella mientras se acondiciona el castillo de Gardeny.

@ Documento 2. Archivo del Gran Priorato, armario 3, pergamino 123. 29 de septiembre de 1170. La familia Pinós dona a los templarios los montes situados entre Bagá, Saldes, Tuxent y Sant Llorenç de Morunys, que pertenecieron al condado de Cerdaña

@ Documento 3. Archivo de la Corona de Aragón, sección Alfonso I, pergamino 90. Arnau de Pinós lega su corcel y sus armas a la Caballería del Templo. Año 1179. Nota: Esta donación, que suponía el legado de un importante capital para la época, solían hacerla aquéllos que ingresaban en la Orden, como veremos en otro lugar.

@ Documento 4. Archivo Histórico Nacional, Montesa, carpeta 479, número 17. 20 de febrero de 1208. Raimundus Gancerandi, aparece como XVº confirmante del privilegio del rey don Pedro II de Aragón a los templarios, siendo Maestre fray Pedro de Montecatano.

@ Documento 5. Archivo Histórico Nacional, Montesa, carpeta 479-23. 22 de mayo de 1213. Raimundus Gancerandi de Pinós, confirmante y testes en la carta de donación de la villa de Culla a los templarios hecha por el rey don Pedro II.

@ Documento 6. Archivo Histórico Nacional, Montesa, carpeta 482-14. 21 de junio de 1259. Gancerand de Pinós, testigo confirmante de la autorización dada por el rey don Jaime I en Barcelona para que la casa del Temple en Valencia pueda reedificar un horno.

@ Documento 7. Citado por Miret en “Cases del Temple”. Galcerán de Pinós y su esposa Berenguela, confirman cuantos bienes, heredades, gracias y diezmos fueron concedidos por sus antepasados a la Orden del templo y añaden a los mismos una masía en Bagá. Año 1279.

@ Documento 8. Archivo Histórico Nacional, Montesa, carpeta 483-146. 12 de junio de 1292. Raimundus Galcerandi aparece como XIIIº testigo de la carta en la que el rey don Jaime IIº confirma en Lérida todos los privilegios dados por sus antepasados a los templarios.

A todo esto queremos añadir que, efectivamente, en la Enciclopedia Larousse se hace referencia a este linaje. La cita textual es la siguiente:

Familia Pinós: Linaje de origen catalán, procedente del alto Bergadán, que ejerció el dominio de la Cerdaña y el Valle de Tosas durante el siglo XII. El primer miembro conocido fue Galcerán Iº (m. en 1131) manumisor de Raimundo Berenguer IIIº. El primer Pinós con título nobiliario fue Bernardo II Galcerán (m. en 1143). En 1740 se rompe la línea genealógica directa. La baronía pasó en el siglo XVI a los Beaumont de Navarra y en el siglo XVII a la Casa de Alba.

Así pues queda claro que no hablamos de personajes míticos o de leyenda o de la literatura, sino de personajes históricos, reales, documentados, con nombres, apellidos, padres, madres y fechas precisas. Más adelante seguiremos viendo a los personajes de esta familia, según los manuscritos hasta ahora inéditos custodiados en la Biblioteca Nacional de Madrid.



[1] Biblioteca Nacional de Madrid, manuscrito 3085. “Genealogía y descendencia de la Casa de Pinós”. Bernardo Galcerán de Pinós. 1620. Página 22.

3. Los hechos probados (II parte)

2. Sobre Hugo de Bagá. la hipótesis de un fundador catalán de la Caballería del Templo

En la Biblioteca Nacional de Madrid, hay varios documentos procedentes de la Casa de los Condes de Guimerá los cuales consultamos personalmente entre el 20 y 26 de junio de 1984, de los que se nos facilitaron en su momento las correspondientes fotocopias para su posterior estudio y trascripción. Los redactores de esos documentos, haciendo la historia de los Condes de Ribagorza, que no la del Temple, hablan de un antepasado de la Casa del que, consultados los papeles, documentos y genealogías existentes en sus archivos, dicen que fue fundador del Temple y su primer Maestre, un caballero natural de la Villa de Bagá (en el Bergadán), llamado Hugo de Pinós por su linaje y Hugo de Bagá como gentilicio, por su procedencia. El más antiguo de estos documentos de que hablamos lleva fecha de 4 de noviembre de 1620 y está escrito por don Bernardo Galcerán de Pinós. Veremos a continuación de forma pormenorizada cuales son estos documentos.

@ Documento 1. Biblioteca Nacional de Madrid, ms-3085.Genealogía y descendencia de la Casa de Pinós. Dirigida a la Excelentísima Doña Isabel Margarita de Ixar (Híjar), duquesa de Belxit (Belchite). Bernardo Galcerán de Pinós. 4 noviembre, 1620.

Sobre este documento don Luis de Salazar y Castro, una fuente plenamente solvente, comendador de Zurita, Procurador General de la Orden de Calatrava, Alguacil Mayor de la Inquisición del Reino de Toledo, Cronista Mayor de las Indias y bibliotecario del rey Carlos II, en su “Biblioteca Genealógica española”[1] (BNM ms-18121), como él mismo afirma, “escrita de su puño en Madrid a 14 de julio de 1702”, se expresó en los siguientes términos:

Don Bernardo Galcerán de Pinós y San Clemente, señor del castillo de Barberá en Cataluña, escribió un libro muy puntual de la Casa de Pinós, una de las mayores de Cataluña y de los vizcondes de Canet y Fenollet. Es obra estimable por estar formada sobre los instrumentos de aquélla casa, más no se ha impreso.

En la página 20 de este manuscrito 3085, hablando de don Pedro (IIIº) Galcerán de Pinós y en la Nota 3, al pie de página, dice de él:

"Fue su hermano o hijo Hugo de Bagá, por error llamado de Paganís, dicho así por haber nacido en Bagá, el primer Maestre de los Templarios. Y según los años de la fundación de la religión antes ha de ser hermano o hijo que no tío. Porque la conquista de la Tierra Santa fue año de 1192 [sic, por 1092] y el pasado Hugo fue año de 1095. O se ha de dar que hubo más de un Hugo en la Casa de Pinós."

@ Documento 2. Biblioteca Nacional de Madrid, ms-3054.Sin título, datado en 1638, cuyo autor es Gaspar Garcerán de Pinós y Castro, conde de Guimeran (sic), viceconde de Ebol y de Alquer Foradat.

En la Tabla y sumario II, número XIII, dice:

"Pedro III Galcerán de Pinós, casó con Berenguera de Moncada, año 1092. Fue almirante primero de Cataluña. Estuvo en la conquista de la Tierra Santa y truxo el glorioso recuerdo de la Cruz..." Y en las advertencias particulares de la Segunda Tabla (genealógica) escribe el autor: "Pedro IIIº Galcerán de Pinós tuvo dos hijos: a Galcerán Galcerán que le sucedió en las Varonías y a Hugo que con su hermano mayor se halló en la conquista de la Tierra Santa, que fue el primer Maestre de la Sagrada Milicia del Temple, llamado Hugo de Bagá por haber nacido en aquélla Villa y no de Paga o Paganís, como leen otros, corrompidamente."

@ Documento 3. Biblioteca Nacional de Madrid, ms-3089.Borradores originales sobre la familia Pinós, obra de Gaspar Galcerán Gurrea de Pinós, conde de Guimerá, datado en 1638.

@ Documento 4. Biblioteca Nacional de Madrid, ms-7377. Manuscrito anónimo del siglo XVIII que lleva por título: "Relación histórica de los condes de Ribagorza. Vida de cuatro maestres del Temple y de San Juan, de la Ilustrísima familia de Pinós y de la razón de la inscripción griega de la cruz de Vagá que son de la armada que ganó Tierra Santa."

Este manuscrito es el que mencionaron García Atienza, Alarcón y Lamy en su momento, como dijimos más arrriba, quizá el más extenso en cuanto al tema que nos ocupa, pues recoge los anteriores documentos además de otros que no conocemos por no haber llegado hasta nosotros y parece hacer una síntesis de todos ellos. El documento hace una introducción a cómo se predicó y por qué la Primera Cruzada y en el folio 87-R, al final leemos:

"Entre dichos príncipes y señores que acudieron de España fueron los condes de Rosellón y Cerdaña y Guillén de Canete, en compañía de los cuales pasaron don Galcerán Galcerán de Pinós y don Hugo de Pinós, hijos de don Pedro Galcerán de Pinós y de doña Berenguela de Moncada. Era don Pedro Almirante de Cataluña y el primero que tomó tierra en las islas de Mallorca en su conquista. (87-v) confinaban sus estados con los de los condes de Cerdaña y esta razón de vecindad y otra mayor... aficionaría a estos caballeros a acompañar en viaje tan pío al conde.” Habla seguidamente de la conquista de Jerusalén y de cómo nacieron los templarios y por qué se les llamaba así, para seguir con esto: "A esta religión dieron principio Hugo de Pinós o Bagá y Jofre de Adimaro con otros siete compañeros que, dedicándose al servicio de Dios bajo el más concreto de defender a los peregrinos (...) hicieron profesión en manos del Patriarca de Jerusalén, prometiendo perpetua castidad, obediencia y pobreza. Dioles habitación Balduino, rey de Jerusalén, en su palacio junto al templo de Salomón. Vivían de limosna y vestían con lo que otros dejaban, hasta que en el concilio que se celebró en la ciudad de Campaña, presidiendo el obispo de Albano, legado del Papa Honorio Segundo, les fue mandado guardar la regla que les compuso el Padre san Bernardo, el cual les señaló hábito propio, que fue un manto blanco, anchuroso, grande y muy autorizado, sobre el que en tiempo del (88-R) papa Eugenio tercero, cosieron una Cruz de paño rojo en la forma que se sigue

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que es la misma que hoy traen los Canónigos del Sepulcro de la ciudad de Calatayud, reliquias de esta religión (......) Llamóse Hugo, dejando el apellido de Pinós, de Bagá o Baganís, no de Paganís como algunos corrompidamente quieren, buscando a ese nombre misterios excusados, de la Villa de Bagá, cabeza de las baronías de sus padres, donde él había nacido. Ora esto lo hiciese en honra de su patria, ora llevado de la religiosa humildad que se practica en las más reformadas religiones de dejar los honrosos apellidos de sus padres y tomar el de sus tierras patrias (...) Esta vereda emprendió el segundo hermano Hugo de Pinós de la jornada de Jerusalén... y como dejándole en la ciudad de Jerusalén hubiese de volver don Galcerán Galcerán de Pinós, su hermano, mayor de la casa de sus padres, no quiso el Maestre que el hermano se fuese con las manos vacías: antes cedió aquél Guión Santo de la Cruz, que había quedado depositado en la Iglesia y casa de los templarios, acabada la jornada......"

La presencia de caballeros catalanes en la cruzada está ampliamente documentada y testimoniada, tanto en la primera expedición de 1096-1099 como en las subsiguientes, pues recuérdese que hasta casi 1131 no se consolida el dominio occidental sobre Ultramar y siguen afluyendo tropas de occidente.

El ya citado Vicente Lafuente[2] nos amplia esta cuestión cuando escribe:

La empresa de conquistar a Tarragona no estaba reservada al fratricida[3] ... A fin de reparar su honor y borrrar su pecado, marchó a la conquista de Tierra Santa y murió peleando valerosamente. En pos de él marcharon otros nobles catalanes, entre los que merece citarse Gerardo, Conde de Rosellón, uno de los primeros que entraron en la Ciudad Santa. He aquí como describe este suceso un escritor distinguido (Piferrer): “El fervor creció, al paso que menguaban los temores por la seguridad de Cataluña: el buen nombre de esta resplandecía en Siria con los hechos de los caballeros Guillermo Jofré de Cerviá, Cúculo, su hermano, Pedro Guerau[4], Arnaldo Guillem, Ramón Folch, Pedro Mir o Mirón[5] y de los muchos cuyos nombres no constan como su existencia: allá partían en 1110 Arnaldo Mirón, quizás de San Martín, el intrépido defensor del huérfano en 1118. Arnaldo Volgar, señor de los castillos de Flix, Conques, Figuerola, Vallvert y Calaf, y para que a ese cuadro de heroísmo no le faltase su último toque, una dama, del término de La Roca, Azalaida por nombre, entraba intrépida en las galeras, que cargadas de tropas cruzadas zarpaban de Barcelona en 1104. Las historias de ese movimiento de Europa conservan la esclarecida memoria de aquél Pedro Barcelonés, que fue prior del Santo Sepulcro y murió en 1164 Arzobispo de Tiro.”

A este propósito conviene que recordemos aquí algunas fechas anteriores a la fundación de la Caballería del Templo que nos ponen en evidencia cómo con la toma de Jerusalén el 15 de Julio de 1099 no habían terminado en modo alguno las acciones militares:

Fecha

Acontecimiento

Agosto 1100

Bohemundo I de Antioquía es vencido y cae prisionero del emir Kerbuka

1101

Campaña de Raimond de Saint Gilles, quien en mayo cruza el Bósforo al frente de cien mil hombres. En junio toma Ankara y en agosto su ejército es aniquilado en Merzifun, consiguiendo él huir y ponerse a salvo

Abril 1102

Saint Gilles con un nuevo ejército pone sitio a Trípoli y derrota ante los muros de la ciudad al ejército combinado de los emires de Trípoli, Damasco y Homs

Mayo 1102

Ofensiva egipcia dirigida por el emir Sharaf que coge por sorpresa y vence a Balduino I en Ramla. Poco después Balduino derrota a los fatimitas egipcios y ocupa Cesárea

Mayo 1104

Los cruzados ocupan Haifa, Jaffa y Acre. El ejército de Bohemundo I, Tancredo y Balduino de Edesa es seriamente derrotado en Harran y Balduino cae prisionero de Sokmán

Octubre 1108

Tancredo de Antioquía & Ridwan de Alepo vencen en Tell Basher al emir de Mosul, aliado con Balduino de Edesa y su primo Jocelin

12 Julio 1109

Después de mantener el cerco durante dos mil días los francos toman Trípoli al asalto, con una gran matanza. Se fundan los ducados de Trípoli & Beirut

13 Mayo 1110

Beirut es conquistada por los francos tras una breve y feroz resistencia

Verano 1110

Balduino I pone cerco a Sidón, con la ayuda del rey Sigurd de Noruega, llegado con 60 navíos cargados de guerreros

4 Diciembre 1110

Capitulación de Sidón

Julio 1111

El gobernador fatimí de Ascalón es asesinado por pactar con los francos. En la rebelión se ejecuta a 300 hombres de la guarnición puesta por Balduino I

10 Abril 1112

Tras 123 días de asedio los francos son derrotados y levantan el sitio de Tiro

Marzo 1118

Balduino I se lanza a conquistar Egipto con 216 caballeros y 400 infantes. Se apodera de Farama, pero enferma gravemente y tiene que ser repatriado, muriendo en el camino de regreso

Uno de los principales señores que participaron en la primera cruzada fue el conde Raimundo de Tolosa –Raymond de Saint Gilles- quien regía un extenso territorio en la Occitania, con soberanías, vasallajes y complicados lazos entrecruzados a uno y otro lado de los Pirineos. Su esposa, doña Elvira, era hija del rey Alfonso VI de Castilla, y la hermana de ésta, doña Teresa, casada con Enrique de Borgoña, hermano del duque de Borgoña en 1095, “reinó” en Portugal sometida al vasallaje de su padre hasta 1128 en que fue derrocada por su hijo Alfonso Enríquez, primer rey de Portugal. En cuanto a Ramón Berenguer III, conde de Barcelona desde 1097, quien reconquistaba Balaguer en 1106 e incorporaba por aquellos años a su corona condal el condado de Besalú (1111) y el transpirenaico de Cerdaña (1117), tambien tenía lazos de parentesco con Raimundo de Tolosa, su tío por línea materna, pues tanto Ramón Berenguer Cap d’Estopa, conde de Carcassone, como Raimundo de Tolosa eran hijos de Alodis de la Marche, aunque de distinto padre.

Así que tal vez como vasallos del conde Raimundo de Tolosa, emparentados con este o con el conde de Barcelona Ramón Berenguer III, pudieron participar los nobles caballeros catalanes como nos decía el manuscrito 7377 de la Biblioteca Nacional en el párrafo que nos permitimos repetir para llamar la atención del lector:

"Entre dichos príncipes y señores que acudieron de España fueron los condes de Rosellón y Cerdaña y Guillén de Canete, en compañía de los cuales pasaron don Galcerán Galcerán de Pinós y don Hugo de Pinós, hijos de don Pedro Galcerán de Pinós y de doña Berenguela de Moncada. Era don Pedro Almirante de Cataluña y el primero que tomó tierra en las islas de Mallorca en su conquista. (87-v) confinaban sus estados con los de los condes de Cerdaña y esta razón de vecindad y otra mayor... aficionaría a estos caballeros a acompañar en viaje tan pío al conde.”



[1] Biblioteca Nacional de Madrid, manuscrito 18121. “Biblioteca Genealógica Española” por Don Luis de Salazar y Castro. Madrid 1702. Folio 21-R

[2] Vicente Lafuente, op. cit., página 59

[3] El conde Berenguer Ramón II (1082-1097)

[4] Podría tratarse del Pedro IIIº Galcerán de Pinós, que estuvo en la primera cruzada., pues los Pinós usaban indistintamente Gurau, Gurav o Grau como apellido . Ver más abajo, en el manuscrito 3085 de la BNM.

[5] Cabe la posibilidad de que el Pedro Mir, Miro o Mirón que aquí se cita sea el mismo al que se refieren las escrituras 1, 2 y 3 del Cartulario 595-B del Archivo Histórico Nacional que recogen las donaciones que este caballero hizo al Temple el 17 de diciembre de 1128.

3. Los hechos ¿probados?

1. Sobre Hugues de Payns. La hipótesis de un fundador franco de la Caballería del Templo

Se ha repetido de manera continuada (el Dr. Martínez Díaz, insigne historiador de la Orden del Templo en los reinos hispánicos, puede ser una buena referencia)[1] que Hugues de Payns tomó como apellido su lugar de procedencia: un pueblecito de la Champaña, a unos catorce kilómetros de Troyes, en la ribera izquierda del Sena, aguas abajo de esa ciudad.

El origen de la hipótesis de este Hugo de Payns champanés vendría sustentada y arrancaría de la crónica del obispo Guillermo de Tiro, sobre la cual hablaremos más adelante, quien se refiere al fundador de la Caballería del Templo como “Hues de Paiens delez Troies”. Pero una vez más hay que decir que escribe casi medio siglo después de la muerte del fundador y sus fuentes no son directas, sino de segunda mano y recogiendo lo que le han contado que, bien pudiera ser una versión “interesada” –léase manipulada- por algún motivo que nos sería desconocido.

También se ha afirmado que Hugues de Payns era señor de Montigny-Lagesse y que tenía no escasas posesiones territoriales en la comarca de Tonnerre, a unos cincuenta kilómetros al sur de Troyes. Lo que para un caballero de la nobleza media quizás las sitúa, contra lo más habitual, algo alejadas de su entorno inmediato. Asimismo se ha afirmado que uno de los hijos de su matrimonio, Theobaldo, fue abad del monasterio de Sainte Colombe de Troyes, aunque otras fuentes le convierten en sobrino de Hugo.

En apoyo de este personaje se cita que en torno al año 1100, suscribe un diploma un tal Hugo de Paeniciis, en el séquito del conde Hugo de Champaña y el 21 de octubre de 1100, en otro diploma, uno de los testigos es Hugo de Peanz. En ambos casos hay divergencia en el gentilicio, en un caso Paeniciis y en el otro Peanz. Y para rematar, hay un manuscrito datado el 3 de mayo de 1093, relativo a una donación efectuada por un tal Pagani a la abadía benedictina de San Pedro de Bagarris[2] cuya signatura se incluye al final del documento y que reproducimos aquí debajo:

 

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Signum de “pagani”

Esta “firma” se ha atribuido a Hugo Paganis, pero en modo alguno está claro que dicha signatura corresponda al futuro Magíster Templi. Leemos en primer lugar la sílaba “her” , que puede a su vez ser composición de h + er, y a continuación creemos leer ba con la b atravesada por un signo de abreviatura que le puede conferir diversos significados en función del contexto documental, que aquí no podemos discernir con claridad; habitualmente esta abreviatura por sí sola puede corresponder a Bernhardus en la paleografía eclesiástica, aunque con la adición de una “a” suele significar “beatus” o “beata”. Pero lo que si es evidente en cualquier caso es que no aparece el nombre Hugues por ningún lado. Por otro parte el documento procede de una abadía cisterciense, la de Thoronet, en la Provenza, a medio camino entre Draguignan y Brignoles, al noroeste de la actual Saint Tropez, que fue edificada alrededor de 1140, cuando hacía ya cerca de una década que Hugo Paganís podía haber fallecido, cuestión esta que analizaremos en detalle algo más adelante.

Hay muchas otras discrepancias con respecto a casi todo. L. Esquieu escribió, por ejemplo, que Hugues de Payen no nació en la Champaña, sino en Ardèche, esto es, en el valle bajo del Ródano, más concretamente en el castillo de Mahun, en Saint Synphorien de Mahun, cerca de Annonay. Según afirma, el testimonio de su nacimiento fue encontrado en 1897 y lo sitúa en fecha 9 de febrero de 1070,[3] habiéndose trasladado posteriormente a la Champaña con toda seguridad. Este testimonio es bastante dudoso y puede tratarse de homónimos, como apunta Lamy (op. cit.)

Entre las muchas y variadas hipótesis que se han barajado a lo largo de estos siglos también se ha manejado, aunque con escasa consistencia, la hipótesis de un Hugo de Pagán, descendiente de la nobleza napolitana. Según Pierre Dupuy[4], en su “Historia de la Orden Militar de los templarios”, escrita en 1751:

Hugue de Paganis, fundador de la Orden de los templarios era descendiente del Reino de Nápoles. Uno de sus descendientes, Blaise François, conde de Pagán, establecido en Francia, ha escrito su historia, la cual se encuentra impresa entre sus obras, en París el año 1669.

Sin embargo no tenemos constancia de que esos documentos a los que alude Du Puy, de cuya existencia no dudamos, hayan sido investigados ni sacados a la luz. Es posible incluso que hayan sido destruidos en alguno de los innumerables y tan destructivos acontecimientos históricos revolucionarios de finales del siglo XVIII y del XIX.

Otros, como Laurent Dailliez, afirman y sostienen otro orígen, también provenzal, basándose en un manuscrito conservado en la Biblioteca Municipal de Carpentras referido a una donación hecha el 20 de enero de 1130 por Laugier, obispo de Aviñón. Según se afirma en esta ocasión, aunque no tenemos más referencias, puesto que no se mencionan detalladamente la signatura, localización y transcripción de dicho manuscrito, Hugues de Payns es mencionado como natural de Viviers, en Ardéche. Su padre, originario de Langogne, en Lozère, tendría por sobrenombre “el Moro de la Gardille”. Como veremos más adelante puede resultar dudoso –aunque no imposible- que en una donación de enero de 1130 se mencione a Hugues de Payns, pues por esas fechas ya había sido designado otro Hugo –Rigaud-, para administrar las casas y donaciones de Languedoc, Provenza y reinos hispánicos, embarcándose el Maestre en febrero de ese mismo año de regreso a Tierra Santa.

Por otro lado, a veces es mencionado un Obituario de la Encomienda de Reims, documento del siglo XIII, donde se dice figura un Hugo de Paynes, Maestre del Temple, fallecido el 24 de mayo de 1136. Siguen siendo conjeturas. Habría que ver si existe alguna reproducción epigráfica o documental de este documento que muchos citan, pero que no hemos visto nunca reproducido en la extensa bibliografía existente sobre la orden del Temple... Sería importante ver en qué forma aparece escrito allí literalmente el nombre, si es que aparece o si es que existe ese obituario o dónde está reproducido, porque lo que es cierto es que hay divergencia de fechas.

Según H. Lobineau[5], Hugo de Payen fue Magíster Militum Templi desde 1118 hasta 1131. Seinard, por el contrario[6], le hace Gran Maestre cinco años más, desde 1118 hasta 1136. Esta segunda fecha no puede ser probada en modo alguno. Es más, a todas luces parece equivocada. El año 1136 aparece de forma graciosa en una obra publicada en París en 1818: L’art de vérifier les dates, volumen 5, página 338; mientras que el día 24 de mayo que se ha mencionado como fecha del óbito de Hugo de Payen sería el que supuestamente aparece en el ya citado Obituario de la encomienda de Reims, donde según otras fuentes consultadas no se indica el año de la muerte. Por lo tanto tenemos que depender de los documentos que se conservan que aparecen firmados por un Hugo de Payen, si es que este Hugo es el personaje que realmente creemos que es, en cuyo caso tendríamos que situar el año de su muerte en 1131 o muy poco después.

El Marqués de Albón, en el cartulario templario que publicara en 1913[7] da a conocer varios documentos “firmados” por Hugo, utilizando su nombre completo que, generalmente, aparece de manera literal como Hugo de Pagano. El último de los documentos de la serie así firmado es del año 1130, de modo y manera que este Hugo debió fallecer en algún momento entre esa fecha y siempre antes del año 1133, pues de este mismo año data otro documento también aportado por Albón (página 42) que menciona a “Hugoni, Magistro Militum... Templi”, pero no está firmado por él y casi con toda certeza se refiere a Hugues Rigaud o Ricard (como es habitual no hay unanimidad en la onomástica), un templario originario del Delfinado, que habia sido designado por Hugo Paganís en febrero de 1130 para administrar las casas templarias de Languedoc, Provenza y de los reinos hispánicos. Este Hugo Rigaud, sobradamente documentado, fue quien recibió al conde de Barcelona Ramón Berenguer III cuando profesó como templario poco antes de fallecer. Lafuente[8] nos dice a este respecto:

Para prepararse a morir había tomado el buen conde el hábito de los templarios, profesando en manos de su jefe Hugo Rigaldi y muriendo en su mismo hospital, a donde se hizo llevar. Los templarios habían sido admitidos poco antes en Cataluña y no fue San Olaguer quien tuvo menos parte en la admisión de esa valerosa milicia.

El Padre Flórez en su “España Sagrada” tambien le cita en el acta de concordia entre Ramón Berenguer III y la Orden, relativa a los castillos de Borja, Ambel, Magallón, Alberith y Cabannas:

Son confirmantes del acta: Rigaldo, maestre de Provenza y Pedro Castiliano, maestre de Barcelona.”



[1] Gonzalo Martínez Díaz, “Los Templarios en los reinos de España”. Editorial Planeta. Barcelona 2001. Páginas 31 y 32

[2] Documento procedente de los archivos de la abadía de Thoronet y después conservado por los Hospitalarios de San Juan en Comps-sur-Artuby.

[3] En “Los templarios de Cahors”, número 1, página 147. “Boletín de la sociedad de estudios literarios, científicos y artísticos de Lot, volumen 22. Cahors 1898

[4] Pierre Du Puy. Historia de la Orden Militar de los templarios”, escrita en 1751. Biblioteca Nacional de Madrid, manuscrito ms-2-62982, página 2, nota 1.

[5] En “Dossier Secrets”

[6] Monks of war, página 306

[7] M. De Albón. “Cartulario general de la Orden del Temple”, páginas 23 y siguientes. París, 1913

[8] Vicente Lafuente. Historia eclesiástica de España. Tomo IV (Siglos XI al XV). Madrid 1873. Pág. 96

2. Hugo Paganís

¿Quién fue el Hugo Paganís fundador de la Caballería del Templo?

H

asta la fecha se ha venido teniendo como promotor, creador, impulsor y primer Maestre de la Orden del Temple a un caballero supuestamente vasallo del Conde de Champaña, llamado Hugues de Payns (o Paynes o Payens), al que la mayoría de los historiadores del Temple tenidos por clásicos llama Hugo Paganís, quien, junto a otros ocho caballeros, de los que poco o nada se sabe, decidió poner en marcha el proyecto fundacional de la Milicia del Temple, en fecha también incierta.

Se han sugerido “evidencias” en apoyo de la idea de que Hugo de Payens habría llegado a Palestina durante la primera Cruzada (1095-1099), como combatiente en el ejército del flamenco Godofredo de Bouillón. Por su parte, John J. Robinson, en su libro "Dungeon Fire and Sword," ha afirmado que Hugo De Payens tenía 48 años de edad cuando accedió a la dignidad de Maestre de la Orden, habiendo servido previamente en Ultramar durante 22 años. En cierto cronicón de la Biblioteca Nacional de Madrid podemos leer que:

Don Galduin, hijo de Pedro Ramírez, de la ciudad de Braga, marchó a Palestina, donde conoció a Hugo Baganís en la toma de Ascalón, participando juntos en otras acciones militares y hechos de armas durante cinco años. Hacia 1126 fundó los castillos de Thomar, Pombal, Ceres, Idatia, Monsanto y Almourol.

Pero estas afirmaciones, por el momento y a falta de mejores pruebas son inconsistentes, ya que se carece de documentación al respecto y se basan en meras conjeturas.

El periodista Xavier Musquera, en una revista de divulgación de amplia difusión[1], atribuyó al historiador y escritor Rafael Alarcón Herrera, erróneamente y sin ningún fundamento, el descubrimiento de un manuscrito en la Biblioteca Nacional de Madrid que rebate esas hipótesis. Pero lo cierto es que ya con anterioridad el investigador y escritor español Juan García Atienza[2] en una obra suya precedente había recogido y citado en nota a pie de página, la existencia de un libro hoy difícil de encontrar, editado en Burgos en 1957 por Ediciones Aldecoa, titulado “La Orden de los templarios”, cuyo autor, José María Bererciatua-Olarra, según García Atienza, nos ponía en conocimiento de la existencia de un manuscrito anónimo del siglo XVIII que lleva por título “Relación Histórica de los Condes de Ribagorza”, perteneciente a los fondos de la Biblioteca Nacional de Madrid, signatura 7377, cuyo contenido echa por tierra el “dogma” de la fundación de la Orden por aquél Hugues de Payns y lo transfiere a un caballero catalán del nobilísimo linaje de los Pinós, natural de la Villa de Bagá, que tuvo por nombre Hugo de Pinós o Hugo de Bagá...

En realidad Rafael Alarcón, en su obra se limitaba a repetir, casi al tenor de la letra, mencionando su procedencia, la cita de García Atienza, en un capítulo donde especulaba sobre las “Vera Cruz” conocidas que se han relacionado con la Orden del Temple[3], pero sin que allí profundizara ni se extendiera en el asunto de Hugo de Bagá, ni lo haya hecho en posteriores trabajos, asunto que presumiblemente ninguno de estos autores ha investigado accediendo directamente a las fuentes documentales de primera mano, sino a las indirectas.

Más recientemente Michel Lamy[4], bebiendo presumiblemente en las mismas fuentes anteriores –pues no cita ninguna, pero a nuestro entender es dudoso que tengan otra procedencia-, recoge la información y la transmite en apenas tres líneas de su obra, sin profundizar en ella ni dedicarle mayor atención. Lamy insiste en repetir lo mismo que afirmaran, erróneamente como veremos, los anteriores, ya que tampoco ha accedido a la documentación que menciona y si lo ha hecho no lo manifiesta (el subrayado es nuestro):

“Para algunos su nombre real habría sido Hugo de Pinos y habría que buscar su orígen en España, en Bagá, en la provincia de Barcelona, lo cual estaría documentado por un manuscrito del siglo XVIII conservado en la Biblioteca nacional de Madrid.”

Nosotros mismos, interesados por la información divulgada en su día por García Atienza, pudimos consultar personalmente en la Sección de Investigadores de la Biblioteca Nacional de Madrid, donde se encuentra, y obtener fotocopias para su posterior trascripción y estudio, además del mencionado manuscrito, que no es el único al respecto del tema que nos ocupa, otros varios abundando en la misma línea, procedentes de la casa de los Condes de Guimerá, que nos permiten construir y desarrollar nuevas hipótesis en torno al fundador de la Orden del Templo. En estos documentos, que veremos pormenorizadamente más adelante, hemos basado nuestra investigación, iniciada en el ya lejano año de 1984.

Debido a las dudas que se han venido planteando en torno a la existencia e historicidad de este personaje se trata de una cuestión controvertida sobre la que se pueden formular dos hipótesis. No obstante, antes de comenzar la exposición, debemos deshacer un error histórico que se ha difundido y perpetuado de manera ostensible.

Sea quien fuere Hugues de Payns, se insiste tenazmente sobre su origen champanés, esto es borgoñón, lo que significa que en ningún caso, tanto él como una buena parte de sus compañeros cofundadores de la Militia Christi, jamás, pudo ser un caballero “francés” o de origen francés, como tan alegre y desprejuiciadamente se ha afirmado, ya que una buena parte del Ducado de Borgoña, que abarcaba extensos territorios, incluido el condado de Flandes o el Franco Condado y otros territorios, así como parte de los champañeses, era un “reino” independiente y rival de Francia, si bien a veces bajo relaciones de vasallaje, que no fue definitivamente anexionado a la corona francesa hasta bien entrado el siglo XV.

Veamos ahora cuales son las hipótesis a las que nos referíamos.

1ª Hipótesis:

Hubo dos Hugo distintos. Fueron contemporáneos y ambos estuvieron vinculados al Temple. Si esto es cierto hay que deslindar, redefinir y delimitar para establecer quién es quién y qué papel jugó cada uno de ellos. En el estado actual de nuestros conocimientos y con las fuentes documentales de que disponemos esta es una tarea ardua, pues ambos parecen estar fusionados en una misma y única identidad; pero como veremos no es una hipótesis a descartar, puesto que existen indicios presumibles de racionalidad que nos llevarían a sostenerla.

Uno es un Hugues de Payns, caballero borgoñón, vasallo del Conde de Champaña que es tenido habitualmente por el fundador de la Orden del Temple. El otro es el caballero catalán Hugo de Bagá, de la Casa y Baronía de Pinós, de cuya existencia e historicidad no cabe dudar por estar también documentado, como se verá más adelante.

2ª Hipótesis:

Hay un solo Hugo, cuya personalidad ha sido confundida y manipulada por diversos avatares históricos y documentales, a veces espúreos e interesados. De esta confusión ha salido la figura del Hugo de Payns “aceptado” por la historiografía.



[1] Revista “Más Allá”, número 145, marzo de 2001, páginas 80 a 83.

[2] En la página 240 de su excelente y bien documentada obra “La mística solar de los Templarios” (Ediciones Martínez Roca, Madrid 1983),

[3] Rafael Alarcón Herrera: “A la sombra de los templarios”. Ediciones Martínez Roca; Madrid 1986, páginas 275 a 279. Una obra interesante y bien ilustrada, pero altamente especulativa y falta en general de rigor histórico.

[4] Michel Lamy, “La otra historia de los templarios”. Páginas 28 y 29. La primera edición francesa es de 1994 (Editions Aubéron). La primera edición española (Martínez Roca) es de septiembre de 1999.

1. El marco fundacional de la Militia Christi

L

a aparición de la Orden de la Caballería del Templo, vulgarmente llamada y conocida como Orden del Temple, debe enmarcarse en el contexto de la Primera Cruzada, predicada por el papa Urbano II el 27 de noviembre de 1095 en el Concilio de Clermont al objeto de mover a los príncipes cristianos a la recuperación de Tierra Santa y restablecer el a menudo beneficioso flujo de peregrinos, interrumpido, tras un largo periodo de libre acceso, por la llegada y asentamiento en la región durante el último tercio del siglo XI de los turcos seldyukíes, más intolerantes que sus predecesores.

Tras ser construida en Jerusalén la basílica del Santo Sepulcro, en el año 335, se había iniciado hacia Tierra Santa un flujo de peregrinos occidentales tan grande que se hizo necesario instalar posadas y hospitales para acogerlos. Esta situación continuó en aumento durante todo el periodo bizantino. Los musulmanes, dueños de Siria-Palestina desde finales del siglo VII, fueron tolerantes por regla general con los peregrinos, aunque cobraban una especie de impuesto. Pero en 1077, con la irrupción de los turcos seldyukíes se inició un periodo de grave opresión que llevó a la cristiandad occidental al planteamiento de las cruzadas.

Las operaciones militares, iniciadas con la partida del contigente militar de los cruzados hacia oriente el 15 de Agosto de 1096, culminaron el 15 de julio de 1099 con la toma de Jerusalén al asalto y unos días después (22 de julio) con la creación del Reino Latino de Jerusalén, cuya corona ofrecieron los nobles a Godofredo de Bouillon, Duque de la Baja Lorena, quien, rechazando el título de rey, la aceptó como “Advocatus Sancti Sepulchri” (Defensor del Santo Sepulcro).

Conseguido el objetivo inicial de la Cruzada -la recuperación de los Santos Lugares- y restablecido el acceso de los peregrinos a Tierra Santa, no habían terminado las dificultades logísticas, pues habiendo regresado a sus lugares de origen una buena parte de aquél contingente militar cruzado, había que mantener la ocupación militar en un amplio territorio generalmente hostil, además de tener que organizar la administración del Reino, estructurado políticamente en una serie de dominios territoriales de carácter feudal regidos por príncipes cristianos europeos que durarían hasta 1187. A pesar de abrirse un periodo de acceso sin restricciones a Tierra Santa, sólo nominalmente libre de la amenaza turca, los peregrinos, aún yendo en grupos numerosos, se veían asaltados por “guerrilleros” –las fuentes simpre los han denominado latrones, pero no ha de entenerse en el sentido de ladrones- y salteadores de caminos en su ruta de Jaffa a Jerusalén, lo que constituía un motivo de preocupación para los nuevos gobernantes. Esta va a ser la etapa de formación de las grandes órdenes militares de la cristiandad occidental, como el Hospital de San Juan de Jerusalén o la Caballería del Templo, nacidas para albergar los primeros y proteger los segundos a los peregrinos que llegaban a Tierra Santa, puesto que seguían expuestos a asaltos y violencias en los caminos por parte de los musulmanes.

En este período histórico se inicia también un gigantesco tráfico de reliquias o supuestas reliquias procedentes de medio oriente que a veces llega a hacer intervenir a los Papas para limitar lo que se llega a convertir en algún momento en situaciones propias de la picaresca y del timo más burdo. En este ambiente y para proteger a los peregrinos en su tránsito por dichas rutas es para lo que se fundó, si hemos de creer a las fuentes contemporáneas, la Caballería del Templo.